domingo, 28 de marzo de 2010

KOH SAMUI

Hemos pasado cuatro días en Koh Samui en la casa de cuatro plantas que un amigo nos ha alquilado en el recinto del hotel Orient Express, en medio de una vegetación exuberante y separada del mar solo por su piscina.
Han sido unos días de relax en los que nos hemos dedicado a vaguear, tomar el sol y recuperar fuerzas. Javier y Salvador además quedan para jugar al tenis y por primera vez en todo el viaje hemos disfrutado de comida totalmente casera.
No habíamos probado una tortilla de patatas en casi tres meses y Angel nos hizo un par de ellas extraordinarias. Las patatas fritas al modo belga que hizo Agnes no se quedaron atrás y acompañaron a la barbacoa que nos propuso Salvador.
Habíamos pensado quedarnos y abrir un restaurante pero al final las madres se ablandaron pensando en lo que iban a tardar en ver a sus hijos y abandonamos el proyecto.
Casi con lágrimas en los ojos hemos dejado la casa para irnos a Bangkok. A la llegada Angel se ha ido a Pattaya a ver a sus amigos Kirk y Wut y pasar un solo día con ellos.(no queda más tiempo)
Nos quedan solo cuatro días de viaje y eso nos entristece. Os dejamos ahora. Vamos a disfrutar de Bangkok.















jueves, 25 de marzo de 2010

ANGKOR

Los templos y la ciudad de Angkor son la expresión artística mas importante de la cultura khmer y sin lugar a dudas uno de los conjuntos arquitectónicos mas importantes del mundo de la antigüedad.
Construidos en los siglos XII y XIII sobre una superficie de más de 50 kilómetros cuadrados, se han conservado exclusivamente los templos, ya que con la idea de permanencia se utilizaron materiales durables en su construcción, fundamentalmente piedra y ladrillo, mientras que las construcciones de uso civil han desaparecido.
Se divide el conjunto en tres partes bien diferenciadas: el templo de Angkor, la ciudadela y la zona exterior
El templo de Angkor ocupa él solo una superficie de 80 hectáreas. Está rodeado por un foso contiguo a la muralla que protege todo el recinto, con cuatro puertas que dan acceso al templo, y el templo propiamente dicho formado por dos estructuras cuadradas concéntricas con galerías esculpidas que albergan el edificio interior con sus cinco torres El simbolismo religioso está presente en todas las construcciones de la ciudad, la disposición de los templos, y la representación de las imágenes. El foso con agua es la representación de los océanos míticos que rodean la tierra, las estructuras concéntricas son las cadenas montañosas que rodean el monte Meru la residencia de los dioses, las torres son los picos de ese macizo montañoso y la subida al santuario central es sin lugar a dudas la pendiente de ascensión a una montaña. El templo está orientado al oeste probablemente por su dedicación a Vishnú. No hay que olvidar que los templos nacen como hinduistas aunque mas tarde fueran “reconvertidos” al budismo.
Las paredes de casi todos los templos están esculpidas con bajorrelieves que describen escenas del Ramayana y del Mahabarata así como de la vida cotidiana. Todo el conjunto es impresionante.
Más allá la ciudadela (900 hectáreas) alberga el Bayon, templo de estado situado junto al palacio real hoy casi desaparecido. Es un templo enigmático construido con decenas de torres esculpidas con cuatro caras humanas, una en cada punto cardinal.
Destacan en la ciudadela las plataformas de los elefantes y del rey leproso
Toda la ciudadela y sus alrededores están cuajados de pequeños templos y edificaciones por lo que se pueden tardar semanas en ver todo el conjunto con detalle
Fuera de la ciudadela destaca el templo de Ta Prom. Conocido popularmente como el de las raices, se ha conservado sin restaurar tal como se “redescubrió” en el siglo XIX para dar la impresión del estado en que estaba el conjunto
Las raices de los árboles, ceibas y ficus, invaden el templo levantando los muros y dan una visión perfecta de la fuerza de la naturaleza.
Angel que estuvo aquí en la primera apertura de Camboya después de la caída de los Jemeres Rojos y Agnès que vino hace 5 años opinan que han tenido la suerte de ver los templos en soledad. Los millares de turistas que todos los días los invaden ahora hacen la visita un poco angustiosa.
Pasamos el resto del segundo día tirados junto a la piscina a 35 grados a la sombra.
Salimos para la isla de Koh Samui donde estaremos unos días




















































































































lunes, 22 de marzo de 2010

LUANG PRABANG

Luang Prabang es una pequeña ciudad, la tercera de Laos con sus 70.000 habitantes, en donde se respira paz y tranquilidad absolutas.
Toda la ciudad en la que no hay casa de más de dos plantas esta repleta de pequeños templos y pagodas y sus habitantes son de una afabilidad extraordinaria. Todos los desplazamientos se hacen en tuc-tuc motocarros con la parte trasera acondicionada con dos bancos para pasajeros. A orillas del río Mekong, Luang Prabang es un paraíso para mochileros hippies trasnochados y turistas franceses. Todos llegan buscando el tipismo y el misticismo de la ciudad y estos últimos las raices de lo que fuera su colonia asiática: Indochina. La ciudad emborracha y enamora aunque ninguno de nosotros sabe decir por qué. Hemos paseado por la ciudad, sus mercados nocturnos, visitando los templos de cada barrio y nos hemos deslizado en una pequeña embarcación sobre las aguas del rio que a pesar de ser en estos momentos temporada seca, lleva una enorme cantidad de agua. Nos hemos paseado en elefante por la selva y a orillas del río, hemos visto una reserva de osos y el último día hemos visitado las cascadas de Tad Kouang Si, en donde las piscinas naturales formadas por la caída del agua invitan a bañarse. Angel no podía dejar de pasar la ocasión y ha disfrutado del baño en unas aguas cristalinas.
La última noche fuimos a cenar a “La Residence” donde por casualidad nos encontramos a un español, Guillermo Bastarica director de operaciones del hotel desde hacía solo 24 horas. A pesar de estar recién llegado nos organizó una cena en el jardín, la llamada “de las 500 velas” en la que comimos rodeados de velas por todas partes y en donde al final de la cena se encendieron globos de papel con velas que se elevaron hasta perderse en el cielo como pequeños puntos de luz.
La experiencia en general ha sido estupenda y podemos decir que no olvidaremos la ciudad, que nos ha cautivado, aunque en ella no haya casi nada que ver ni hacer.
El lunes por la mañana salimos hacia Camboya
Nos esperan los templos de Angkor