El lunes 11 salimos temprano hacia el Sur por la carretera Panamericana con dirección al volcán TUNGURAHUA que hacía unos días había entrado en erupción.
El camino recorrido en lo fundamental a través de una longitud de trescientos kilómetros nos mostró la ruta de los volcanes entre los que destacan los tres grandes : El COTOPAXI (5987 mtrs) el TUNGURAHUA (5023 mtrs) y el CHIMBORAZO (6310 mtrs) este último el pico más alto de América después del ACONCAGUA.
Volcan TOCOPAXI
Volcán CHIMBORAZO
La mitad inicial del recorrido discurre a través de valles descritos por Humbolt en 1806 como "la más bella avenida de la Tierra, que se van abriendo a unos dos kilómetros a cada lado de la carretera en desniveles inicialmente suaves para dar paso a montañas cada vez más altas.
Volcanes como PASOCHOA Y ALOASÍ se integran en las cornisas del valle.
Cerca ya del volcán COTOPAXI en la localidad de Aloasí hacemos una parada en el ya famoso Café de la Vaca donde se pueden degustar toda clase de zumos de frutas que sorprenden por el colorido la cantidad y la calidad.
En votación y despues de probar unos cuantos decidimos que los mejores son los de Guanábano, Moralpino, Maracuyá, Frutilla, naranjilla y Taxo.
Los más nostálgicos pueden tomar un vaso de leche caliente recien ordeñada. El establecimiento está decorado como un ambiente suizo con múltiples referencias a vaquerías alpinas.
A partir de Machachi la morfología del terreno se va haciendo más agreste y rala y las condiciones meteorológicas empiezan a empeorar por momentos con la aparición de grandes nubes.
La vegetación sigue de todos modos siendo exótica y vemos frutas tales como el tomate de arbol o el Taxo
El tomate de árbol
Acercandonos al Tunguragua ya desde la carretera panamericana se empiezan a ver fumarolas intermitentes.
Nos adentramos por la via pecuaria a Patate y llegamos a Los Prados de Baños al pié del volcán donde sobrecogidos escuchamos los bramidos de las explosiones intermitentes.
Coincidiendo con las explosiones se divisan las espectaculares nubes de cenizas de unos 800 metros de altura a partir del cráter del volcán.
Después de dos horas deambulando por caminos en los alrededores del cráter seguimos la ruta de los volcanes para a continuación volver a Quito con la satisfacción de haber vivido una experiencia hasta ahora desconocida por todos nosotros.
