lunes, 8 de febrero de 2010

CABO REINGA

El cabo Reinga.
Por la mañana del lunes muy temprano hemos salido del hotel que está a borde de agua en el puerto hasta el aeropuerto para tomar un vuelo que nos llevaría a Kaitaia punto de partida para visitar el cabo Reinga. Mirando el mapa de Nueva Zelanda es el que se encuentra en la isla norte completamente al noroeste y alli es donde se unen el océano Pacífico con el mar de Tasmania.
Nuestra sorpresa ha sido mayúscula cuando hemos llegado al avión para embarcar. Se trata de una casi avioneta de 19 plazas en donde el copiloto hace de azafato y no se permite equipaje de mano en el vuelo porque no hay espacio para ello. Delante de nosotros le han puesto combustible al avioncito desde un surtidor como si se tratara de un coche.











Tras 45 minutos de vuelo hemos llegado a destino y desde allí con un coche alquilado hemos recorrido toda la península que termina en el ya mencionado cabo.
Paisaje. Paisaje y paisaje. Nadie en la carretera. En ciento cincuenta kilómetros nos hemos cruzado con ¡4 coches!
El parque nacional donde se sitúa el cabo está muy cuidado y hay carteles con información exhaustiva sobre el sitio.












Salvador y Angel nos han llevado perfectamente conduciendo por la izquierda como auténticos “british drivers”.
El remate del día ha sido la visita a la playa de las 90 millas. 150 kilómetros de playa ininterrumpida en donde los coches pueden circular libremente. Cada 20 kms aproximadamente hay una entrada a la playa de modo que se puede entrar por un sitio y salir de la playa por otro lugar a 20 kilómetros de distancia.
Vacía. No había nadie. La temperatura era perfecta, mas o menos 20 grados y el agua templada según Angel que se ha bañado.














AUCKLAND


Auckland es una ciudad moderna donde se mezcla la arquitectura clásica georgiana con una magnífica arquitectura moderna de gran calidad.
La ciudad parece construida sobre enormes parques (son inmensas sus zonas verdes) y salvo por un centro financiero con sus correspondientes rascacielos toda la ciudad se compone de casas de una o dos plantas la mayoría de ellas unifamiliares. El mar todo lo rodea y los habitantes de Auckland disfrutan de verdad de él. Son miles los barcos de vela que llenan los clubs náuticos y se ven muchos el el agua por toda la gran bahía.
La primera impresión que Nueva Zelanda nos produce es la de un país ordenado en el que todo está en su sitio y limpio.
Cenamos ricos pescados en el puerto junto a los veleros amarrados que participaron en la copa América. Vistos de cerca son mucho mayores de lo que imaginábamos y parece imposible que barcos tan grandes puedan alcanzar esas velocidades.
La vela es el deporte nacional junto con el rugby y el críquet.
Salvador que es marinero desde su infancia ha disfrutado en un largo paseo que hemos dado por el puerto.

















DESPEDIDA DE POLINESIA


Pasamos nuestro último día en Polinesia disfrutando ¡por fin! de Bora Bora. Día de sol y playa que hemos aprovechado hasta el atardecer que es el momento que sale nuestro vuelo a Papeete.









Bora Bora y el atolón desde el aire



Dormimos en el hotel Sofitel (Un horror de sitio. A no recomendar a nadie) y por la mañana temprano salimos en un vuelo largo para llegar a Auckland . Después de tres horas de vuelo cruzamos la línea de fecha por lo que al contrario del Sr Fogg perdemos un día en vez de ganarlo como él hizo. Pasamos de las 12 de la mañana del sábado a las 12 de la mañana del domingo día 7 de febrero. Hasta ahora hemos ido con retraso respecto a vosotros y ahora tenemos 12 horas de adelanto. Es casi imposible hablar por teléfono ya que las llamadas se limitan a dos horas por la mañana y otras dos por la tarde.
Hemos llegado a Auckland y empezamos un recorrido de casi dos semanas por Nueva Zelanda.