domingo, 31 de enero de 2010

VALPARAISO

Hemos salido de Santiago todo el día en una excursión a Valparaíso. La antigua carretera ha sido sustituida por una autopista de peaje que une las dos ciudades en algo más de una hora.
La carretera discurre por fértiles valles verdes donde se cultiva el maíz y atraviesa enormes viñedos en el valle de Casablanca. No hemos comentado hasta ahora la calidad de los vinos Chilenos que es muy destacable.
Valparaíso sigue conservando su aspecto tradicional que adquirió en los años sesenta mezclando las casas del siglo XIX y principios del XX con las construcciones modernas de aquellos años. Solo una pequeña parte de la ciudad se encuentra en el llano a la altura del mar y el resto esta constituido por cerros de abigarrada construcción que rodean el centro de la ciudad.
Visitamos el puerto y embarcamos en una pequeña lancha para recorrerlo desde el mar. Entre barcos de pesca de pasajeros y de la Armada chilena.
Después subimos a uno de los cerros en un funicular tan empinado que mas parece un ascensor que un funicular.
Por fin en coche subimos hasta la casa museo de Pablo Neruda, una edificación que se conserva tal como él la dejó a su muerte en 1973.
En su poema “La Sebastiana” describe su reforma diciendo “Yo establecí la casa. La hice primero de aire. Luego subí en el aire la bandera y la dejé colgada del firmamento, de la estrella., de la claridad y de la oscuridad…”
De una rara construcción (5 plantas de no mas de 25 metros cuadrados cada una) acoge objetos personales, pinturas, grabados, caballos de feria, máquinas de escribir, muebles exóticos traídos de sus destinos diplomáticos y todo tipo de caprichos.
Situada en un cerro disfruta desde todas las habitaciones de unas vistas magníficas.
Terminamos la visita de Valparaíso y nos vamos a las vecinas ciudades de Viña del Mar y Reñaca donde una desaforada construcción ha hecho que pierdan el carácter de balneario que en su día tuvieron. Comemos como siempre rico pescado y marisco del que os incluimos una foto del aperitivo.
Mañana, domingo 31, temprano, saldremos hacia la isla de Pascua donde pasaremos el día. Por la noche, despidiéndonos de América, continuaremos viaje a Tahití.
Han pasado ya 20 días de viaje, la cuarta parte del tiempo total, y nos da la sensación de que hemos salido de Madrid hace muy pocos días.